Los
fuegos desatados en el sur de California se han propagado rápidamente
favorecidos por el calor, el viento y la sequedad, obligando a cientos de
personas a abandonar sus viviendas, especialmente en el condado de Ventura, al
noroeste de Los Ángeles.
Las
llamas que se propagan en dirección al Océano Pacífico, han destruido más de
3.200 hectáreas de vegetación y amenazan unos 2.000 hogares, especialmente de
las ciudades de Newbury Park y Camarillo, al norte de Malibu. Al menos 15
edificios han resultado dañados y más de 900 bomberos tratan de detener el
avance del fuego, con llamas de hasta diez metros, utilizando helicópteros
que sacan agua de un lago cercano.
El
portavoz del Departamento de Bomberos del Condado de Ventura dijo para el canal
de televisión NBC4 que "las condiciones son muy difíciles y peligrosas
para los bomberos. La propagación del fuego es muy rápida y pedimos a la gente
que tenga mucho cuidado" .
Han sido
evacuados unos 5.000 estudiantes de un campus de la Universidad de California
debido al espeso humo, y un tramo de la famosa autopista Pacific Coast
Highway tuvo que ser cerrada. Los incendios son comunes en California, sobre
todo en otoño e invierno, cuando los vientos soplan desde Santa Ana, pero por
el momento se desconoce la causa del incendio.
Los
vientos con rachas de 90 kilómetros por hora, las altas temperaturas de unos 35
grados y la sequedad, han dificultado los trabajos de extinción. Hasta la noche
del jueves pudieron controlarse en torno al 10 por ciento de los focos,
aunque otras regiones de California como Riverside o Tehama sufren también
incendios. La Cruz Roja ha preparado albergues de emergencia para las
personas que tengan que abandonar sus casas.
Fuente:
ElMundo.es
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